Las estrategias de comunicación no se compran en Amazon
Cada cada cliente, cada empresa, cada institución, requiere de una aproximación particular a su modo de ser y de actuar y al contexto en el que se mueva.
Cada cada cliente, cada empresa, cada institución, requiere de una aproximación particular a su modo de ser y de actuar y al contexto en el que se mueva.
Me preguntaba Teo León Gross en la ‘Mesa de análisis’ de Canal Sur TV por…
Los consultores seguiremos siendo cazadores de confianza en favor de nuestros clientes, pero entendiendo que el nuevo contexto obliga a una transformación que, sobre todo, es mental.
De un tiempo a esta parte, las empresas han hecho F-5 en sus esquemas de…
Se necesitan presidentes, consejeros delegados y directores generales que sean capaces de ejercer de CEO activistas y que asuman también en primera persona la defensa de su compromiso en los medios de comunicación y en las nuevas plazas públicas de la conversación global, las redes sociales.
Cualquier estrategia es válida mientras se desarrolle en un marco en el que se respeten determinadas reglas éticas de juego, pero conviene no perder también el referente sobre los intangibles que son claves para que una estrategia sea buena, mala o medio pensionista.
El mundo cambia. Y las empresas tiene que entender ese cambio y adaptarse a él. Sin hacer los ejercicios de seguidismo o de populismo tribunero de quienes abogan por una solidaridad de postureo, pero sí mostrando la empatía y la inteligencia ambiental de quienes entienden las magnitudes de estos cambios sociales, económicos y políticos.
A la hora de gestionar una organización y de transmitir y comunicar la convicción de un proyecto, las empresas abogan por discursos de Zidanes en los que las palabras clave suelen ser aquellas que aluden al diálogo, la colaboración, la empatía y al trabajo en equipo, pero, cuando las cosas vienen mal dadas, muchas aún prefieren que las guíen los Mourinhos de siempre, guerreros bravíos que señalan el camino a sus tribus como si se tratara de conquistar América a base de reflujos de testosterona.
Llevo tiempo leyendo sobre el modo en el que empresarios y directivos de grandes compañías…
Las empresas van a tener que obsesionarse con transmitir credibilidad, autenticidad y compromiso.
Las empresas no se pueden permitir el lujo de no adoptar una estrategia de comunicación. Y en situaciones excepcionales, menos aún.
Los medios tienen que repensar su modelo de negocio. A lo mejor ya no se pueden empecinar en vender el producto como antes. A lo mejor el ‘cliente’ sólo pagará si les ofreces otros servicios que no son sólo las noticias.
El retrato de una prensa subordinada a oscuros intereses financieros llega bien a determinados sectores, pero no es real. O al menos, no es completamente real.