El peligro no está sólo en las deep fakes
No sólo nos deberían preocupar los vídeos, los audios y las fotos falsas que acompañan ahora a las infamias y falsedades que circulan por las redes. Hay otros asuntos aún más graves.
No sólo nos deberían preocupar los vídeos, los audios y las fotos falsas que acompañan ahora a las infamias y falsedades que circulan por las redes. Hay otros asuntos aún más graves.
Soy un adicto a las redes sociales y en general al consumo de la pantalla…
La sociedad de la información es ya la de la desatención, una sociedad donde cada vez cuesta más prestar la atención por esta epidemia de distracción y desconcentración que es fruto casi directo del modo en el que nos manejamos con las redes sociales en la era de las pantallas táctiles.
Nuestra necesidad de emociones y experiencias instantáneas se ha adaptado a los estímulos exprés que nacen y mueren entre notificación y notificación. Y nos aburrimos casi tanto como cuando sólo había una cadena de televisión y unos cuantos libros de bolsillo. La sociedad de la banda ancha tiene de todo, pero puede aburrirse más que la analógica.