La reputación del rey
En el tramo final de su trayectoria, el rey emérito ha dilapidado su reputación como otros han dilapidado sus fortunas. Y lo ha hecho por la vía rápida.
En el tramo final de su trayectoria, el rey emérito ha dilapidado su reputación como otros han dilapidado sus fortunas. Y lo ha hecho por la vía rápida.
Antes luchaban por lograr votantes y ahora por convencer a los telespectadores. Un cambio que tiene una explicación evidente: si están ahí es porque quienes planifican las parrillas saben que la política vende y que estas nuevas incorporaciones tienen a seguidores y detractores dispuestos a verles y escucharles allí dónde estén.
La desinformación es un nicho de negocio. Y muy lucrativo. Si tu nivel ético está en el subsuelo, es una excelente oportunidad de ganar dinero trabajando a sueldo como creador y distribuidor de bulos.
Si hay algo que une a populistas de izquierda y de derecha, aparte de su simplismo argumental, es su aversión a los medios de comunicación.
No hay una pandemia de conspiranoicos, esotéricos, nacionalistas de todo pelaje, extremistas hiperventilados y populistas de derechas y de izquierdas que estén dominando el mundo. Y si pensáramos eso, seguramente nosotros también estaríamos ejerciendo de terraplanistas de salón. Pero no se debe minusvalorar este fenómeno,
Los directores de periódicos asumen que las presiones van en el cargo, pero es difícil soportarlas cuando tu modelo de negocio y editorial se hunde.
No podemos quedarnos quietos mientras nos inundan de noticias falsas. Se puede combatirlas.
El lenguaje determina la realidad. Si defendemos un discurso público sano y honesto, mejoraremos nuestra democracia
Enlazo en el blog mi primera colaboración con extradigital.es, un portal de noticias especializado en…
Los periodistas debemos dar menos lecciones y menos espectáculo: mejor aportar contexto para serles útiles a los ciudadanos.