Buzzfeed se apunta al periodismo cínico
Buzzfeed es un gran ejemplo de medio viral, pero cabría preguntarse si lo que hace es periodismo o un espectáculo donde poco importa si lo que cuenta es verdad o mentira
Buzzfeed es un gran ejemplo de medio viral, pero cabría preguntarse si lo que hace es periodismo o un espectáculo donde poco importa si lo que cuenta es verdad o mentira
Gran parte de la prensa norteamericana ha decidido no sólo replicar todo lo que dice Trump, sino chequear si lo que dice es verdad o mentira. ¿Por qué no lo hicieron antes?
Los ciudadanos también tienen su cuota de culpa en la falta de credibilidad de las noticias. Nos creemos lo que nos queremos creer.
Nos ha dado por rebautizar lo que ya tenía nombre. Ahora, a las mentiras, las intoxicaciones y a las infamias prefabricadas, los periodistas las llamamos posverdad.
Trump parece decidido a usar Twitter como su nuevo canal oficioso. No sólo no quiere a los periodistas; ahora no quiere ni que se le acerquen.
Seamos sinceros. Los periodistas también nos dejamos llevar por nuestras emociones. A veces, se nos nubla la mirada crítica y fallamos. Ha pasado en este caso y volverá a pasar.
La polémica sobre el tratamiento mediático del proceso judicial de Rita Barberá ahonda aún más en la crisis de credibilidad que sufre el periodismo.
La polémica de Trump y las noticias falsas le estalla a Facebook. Zuckerberg asume la primera gran crisis de credibilidad de su red social
El retrato de una prensa subordinada a oscuros intereses financieros llega bien a determinados sectores, pero no es real. O al menos, no es completamente real.
El bulo viral sobre Piqué y las mangas cortadas del partido contra Albania nos deberían hacer reflexionar a los periodistas: ¿por qué hacemos tanto caso a cualquier intoxicación que nos llega desde las redes sociales?
La pataleta editorial de Vogue contra las nuevas influencers nacidas de Youtube y de Instagram es un acto reflejo de defensa: no son simples blogueras, son sus competidoras.
Nos hemos entretenido tanto buscando el Santo Grial del modelo de negocio que salvará el periodismo, que se nos ha olvidado que sólo la calidad puede combatir la epidemia de periodismo pop que estamos soportando.
Que los medios de este país son cada vez más débiles es algo poco discutible, pero no se puede decir tan frívolamente que están en manos de los poderes facticos que sojuzgan a ciudadanos indefensos. El maniqueísmo, aquí, no funciona.
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