La consultoría de comunicación pierde sus ‘fronteras’
Los consultores seguiremos siendo cazadores de confianza en favor de nuestros clientes, pero entendiendo que el nuevo contexto obliga a una transformación que, sobre todo, es mental.
Los consultores seguiremos siendo cazadores de confianza en favor de nuestros clientes, pero entendiendo que el nuevo contexto obliga a una transformación que, sobre todo, es mental.
Con ocasión del inicio de la pandemia, muchos bancos españoles aprovecharon el momento de estrés…
No cometo ningún pecado de spoiler si os digo que lo mas inquietante de esta película es que el retrato histérico y frívolo que hace no está basado en hechos reales, pero casi que podría serlo pese a lo surrealista del guión.
De un tiempo a esta parte, las empresas han hecho F-5 en sus esquemas de…
Quienes leen este blog saben que llevo tiempo defendiendo que si queremos una prensa que…
Se necesitan presidentes, consejeros delegados y directores generales que sean capaces de ejercer de CEO activistas y que asuman también en primera persona la defensa de su compromiso en los medios de comunicación y en las nuevas plazas públicas de la conversación global, las redes sociales.
Cualquier estrategia es válida mientras se desarrolle en un marco en el que se respeten determinadas reglas éticas de juego, pero conviene no perder también el referente sobre los intangibles que son claves para que una estrategia sea buena, mala o medio pensionista.
Somos lo que tuiteamos. Y a algunos habría que ponerles en sus perfiles una advertencia para que no se les olvide ni una sola vez: tuitear puede ser peligroso para la salud.
En un país tan acostumbrado al furor legislador, lo más cómodo es pensar en establecer de una vez por todas un marco legal que garantice esas reglas del juego. Pero el sentido común nos indica también que, más allá de incrementar nuestro corpus legislativo con más leyes y reglamentos, es más sensato cumplir con aquellas normas, ya aprobadas, que fomentan la transparencia y la rendición de cuentas de nuestras instituciones públicas.
Google, como le pasa incluso en mayor medida a Facebook, sabe que puede enfrentarse a un problema de dimensiones inabordables si sigue poniéndose de perfil frente al negacionismo estruendoso que alimenta con sus algoritmos.
En el tramo final de su trayectoria, el rey emérito ha dilapidado su reputación como otros han dilapidado sus fortunas. Y lo ha hecho por la vía rápida.
Hace tiempo que me he despreocupado de saber dónde aparqué anoche el coche. Miro Google…
El rey de los relatos por encargo se mostró en La Sexta TV como alguien incapaz de crearse un relato para sí mismo.
El mundo cambia. Y las empresas tiene que entender ese cambio y adaptarse a él. Sin hacer los ejercicios de seguidismo o de populismo tribunero de quienes abogan por una solidaridad de postureo, pero sí mostrando la empatía y la inteligencia ambiental de quienes entienden las magnitudes de estos cambios sociales, económicos y políticos.
La batalla del relato y de la imagen en la escena pública requiere de una narrativa audiovisual que destile una conexión continua con una sociedad moderna que conversa, se informa, se entretiene y decide sus opciones de compra en las redes sociales.
El relato de la innovación social es el de esas personas que dan un paso adelante donde otros se retiran. El de quienes deciden que no hay mejor fondo de inversión social que el que apoya estas iniciativas para que salgan adelante.
La sociedad de la información es ya la de la desatención, una sociedad donde cada vez cuesta más prestar la atención por esta epidemia de distracción y desconcentración que es fruto casi directo del modo en el que nos manejamos con las redes sociales en la era de las pantallas táctiles.
Mauricio Cabrera ha escrito un ensayo en el que disecciona con pasión los males de la industria periodística, pero poniendo el acento en las soluciones.
Antes luchaban por lograr votantes y ahora por convencer a los telespectadores. Un cambio que tiene una explicación evidente: si están ahí es porque quienes planifican las parrillas saben que la política vende y que estas nuevas incorporaciones tienen a seguidores y detractores dispuestos a verles y escucharles allí dónde estén.
Convendría recuperar cierto orgullo mediático latino y, por qué no, inyectarle más marketing a lo que se hace por estos lares.
Las emociones lo son casi todo. En plena era del Big Data en la que todo se mide y se monitoriza para una mejor toma de las decisiones, los ciudadanos seguimos comportándonos como lo que somos: seres humanos que nos manejamos en función de lo que sentimos, de nuestras percepciones y de nuestras intuiciones.
La entrevista concedida por Leo Messi al canal de Twitch del comunicador Ibai Llanos con…
El shock sanitario, social, político y económico del coronavirus es un shock emocional. Y, por tanto, hay que trabajar con las emociones para lograr la confianza de nuestro entorno. Pero no basta sólo con eso.
El cierre de contenidos es inevitable y razonable, pero dejará ‘daños colaterales’.
No podemos pretender no pagar por los periódicos y quejarnos también de que lleven publicidad. ¿De qué van a vivir?
Esto no va de teletrabajo sí o no, sino de entender que tenemos que adaptarnos a una nueva realidad y saber comunicarla
Empatía, claridad en la transmisión de los planes de salida de la crisis y honestidad. !Qué menos!
Las empresas van a tener que obsesionarse con transmitir credibilidad, autenticidad y compromiso.
Las ruedas de prensa pueden llegar a ser muy traicioneras incluso si se preparan. No hay que exponer demasiado a los no profesionales de la comunicación
Las empresas no se pueden permitir el lujo de no adoptar una estrategia de comunicación. Y en situaciones excepcionales, menos aún.