Uniendo fuerzas en el periodismo
Un grupo de medios decide unir fuerzas para encontrar su hueco en el nuevo ecosistema de las noticias. La decisión se antoja correcta. Y seguramente también inevitable.
Un grupo de medios decide unir fuerzas para encontrar su hueco en el nuevo ecosistema de las noticias. La decisión se antoja correcta. Y seguramente también inevitable.
La polémica sobre el tratamiento mediático del proceso judicial de Rita Barberá ahonda aún más en la crisis de credibilidad que sufre el periodismo.
Los periodistas competimos en nueva guerra, la guerra de la atención. Cuidado con lo que hacemos para captarla, que se nos puede volver en contra.
La polémica de Trump y las noticias falsas le estalla a Facebook. Zuckerberg asume la primera gran crisis de credibilidad de su red social
Los medios tienen que repensar su modelo de negocio. A lo mejor ya no se pueden empecinar en vender el producto como antes. A lo mejor el ‘cliente’ sólo pagará si les ofreces otros servicios que no son sólo las noticias.
Más allá de la conmoción, cabría reflexionar en términos de comunicación sobre qué está pasando para que gane la presidencia de los EE.UU. un candidato que tiene a todos los medios del mundo en contra.
Google y Facebook dan audiencia a los medios a cambio de sus contenidos, pero ni quieren ni pueden garantizarles que harán de verdad negocio en sus plataformas.
The New York Times ha logrado un millón y medio de suscripciones digitales, pero no puede ser una referencia para los demás por la sencilla razón de que los demás…no son el New York Times.
El retrato de una prensa subordinada a oscuros intereses financieros llega bien a determinados sectores, pero no es real. O al menos, no es completamente real.
La presunción de inocencia como tal está dejando de existir en una sociedad que empieza a confundir la información con el entretenimiento. ¿Qué podemos hacer los periodistas?
Los expertos advierten de la llegada de una nueva tormenta de ‘destrucción creativa’ para la industria del periodismo. ¿Qué hacemos para soportarla?
La carrera por adaptarse a los nuevos hábitos de consumo hace que grandes periódicos terminen montando televisiones con parrilla en las redes sociales.
Weblogs se ha consolidado como una de las grandes del sector de los medios en español con un modelo de negocio adaptado a los nuevos hábitos de consumo de los lectores y a los anunciantes.
Más allá de quién tenga razón, la demanda de Prisa eleva a El Confidencial al rango de máximo competidor de El País en la lucha por los lectores en español. Ahí es nada.
El bulo viral sobre Piqué y las mangas cortadas del partido contra Albania nos deberían hacer reflexionar a los periodistas: ¿por qué hacemos tanto caso a cualquier intoxicación que nos llega desde las redes sociales?
La pataleta editorial de Vogue contra las nuevas influencers nacidas de Youtube y de Instagram es un acto reflejo de defensa: no son simples blogueras, son sus competidoras.
Lo importante no es lo que dice Martin Baron sobre por dónde vendrá el periodismo sino la actitud y predisposición que demuestra
La Sexta ha buscado su bueco y lo ha logrado. Antes, cuando pasaba algo relevante, poníamos el telediario de TVE. Ahora no, ahora ponemos La Sexta.
Los periodistas tenemos que adaptarnos a las nuevas realidades, pero sin caer en el papanatismo de creer que cualquier ‘nueva’ herramienta representa el advenimiento de un nuevo tiempo para la humanidad.
Nos hemos entretenido tanto buscando el Santo Grial del modelo de negocio que salvará el periodismo, que se nos ha olvidado que sólo la calidad puede combatir la epidemia de periodismo pop que estamos soportando.
Los medios se han pasado más de una década mendigando a Google y a las redes para que les paguen por sus contenidos. Ahora éstos quieren sus noticias en sus plataformas. ¿Por qué no intentar aprovecharlo en vez de quejarse tanto?
Que los medios de este país son cada vez más débiles es algo poco discutible, pero no se puede decir tan frívolamente que están en manos de los poderes facticos que sojuzgan a ciudadanos indefensos. El maniqueísmo, aquí, no funciona.
Las webs informativas no están muertas, pero ya no son el macho alfa de la manada periodística. Ahora, ese papel le corresponde a los artículos que mandamos a diario a las redes sociales.
Los paywall son sólo una solución para algunos medios. La gran mayoría deberá apostar por modelos mixtos para sobrevivir en el nuevo ecosistema de las noticias.
Lo importante de un medio no es su soporte, sino la marca. Trabajemos la confianza en ella
Los medios sólo sobrevivirán si son útiles a la comunidad a la que prestan su servicio
Los medios se han rendido a las redes sociales, pero éstas ‘esconden’ una trampa
La publicidad invasiva es un problema, pero no el principal, que es cómo adaptarse a un mundo en el que las noticias circulan por las redes y los motores de búsqueda y se consume preferentemente en los móviles.
The Times se apea de la guerra de las actualizaciones. La medida es discutible en plena era de las noticias en tiempo real, pero guarda una cierta coherencia como estrategia de contenidos y de negocio.
The Guardian anuncia despidos y recortes. El paradigma del periodismo en abierto y gratuito se tambalea. Sus mentores se han cansado de perder dinero.