El periodismo y el imperio del ‘todo gratis’
La mejor opción es no engañarse: la gran mayoría de los ciudadanos siguen sin querer pagar por las noticias
La mejor opción es no engañarse: la gran mayoría de los ciudadanos siguen sin querer pagar por las noticias
El maestro de periodistas Juan Cruz disecciona los males del periodismo y las dificultades inmensas que afronta uno de los oficios más apasionantes que podamos conocer.
El periodismo necesita menos plañideras y más gente dispuesta a aceptar y abrazar los cambios.
El periodismo deportivo siempre ha apelado a las emociones, pero nunca como ahora se ha practicado tanto forofismo fanático.
Si queremos medios serios y comprometidos, hacen falta también audiencias serias y comprometidas
Los medios son como los clubes o las cofradías: tienen que reforzar sus señas de identidad para crear una comunidad en torno a ellos.
En medio de tanta saturación informativa, muchos medios usan los correos electrónicos para llegar a sus lectores más fieles.
A ningún medio se le obliga por decreto a practicar el sensacionalismo, pero a veces lo parece.
Los medios tenemos que aprovecharnos de Google y de Facebook, pero cuidado con depender completamente de ellos.
La crisis del periodismo no se soluciona sólo haciendo radiografías de lo mal que estamos, sino proponiendo y ejecutando alternativas
Queda bien decir que los medios y la audiencia preferimos la calidad a la viralidad, pero las audiencias no confirman esta afirmación.
La innovación en el periodismo no es ninguna moda; es una necesidad, y acuciante.
¿Que hacen realmente los ciudadanos para defender la libertad de prensa más allá de alguna declaración pomposa en las redes sociales?
Los periódicos de papel necesitan innovar en modos de distribución si quieren mantenerse en el mercado.
Internet nos prometió la pluralidad, pero preferimos ‘refugiarnos’ en nuestras burbujas mediáticas: sólo leemos a quien opina como nosotros.
Hacer periodismo de calidad debe ser una obligación, pero también es la mejor inversión si se quieren trabajar proyectos a largo plazo.
La industria periodística necesita agarrarse a cualquier certidumbre, sea la que sea, ahora que nada parece sostenerse.
Los medios están obligados a ‘abrazar’ a Facebook, pero quieren sacar algo a cambio y Facebook no se lo da.
Sentencias como la de Cassandra son muy discutibles, pero no nos volvamos locos: en España no peligra la libertad de expresión ni nada que se le parezca.
Se puede apostar por la calidad o por la cantidad y la viralidad, pero nunca perder la rigurosidad que nos dará la credibilidad.
Queda bien decir que hay que apostar por la calidad, pero por ahora la gran mayoría de los medios viven de los clicks, sean éstos como sean.
Que el Daily Mail publique una portada machista y casposa no puede sorprender. Es un tabloide que juega con los bajos instintos y pasa con desprecio del periodismo de calidad.
A la posverdad se la combate haciendo bien el trabajo periodístico, pero también hay que desmontar cada bulo, cada mentira y cada infamia
El periodismo estará acorralado, pero para nada está herido de muerte.
Poner un anuncio a página completa en la portada de un periódico no implica que este periódico se venda al mejor postor. No debería ser difícil de entender.
Los muros de pago pueden salvar a algunos medios, pero no es realista pensar que son una solución para la gran mayoría
La innovación es básica para afrontar el futuro del periodismo, pero sin olvidarse de los valores y principios que siempre nos deberían acompañar.
Podemos navega bien en la tensión. Lo demuestra una vez más con la fractura que ha provocado en el periodismo tras haber sido denunciado por coacciones y amenazas.
Podemos tiene derecho a saber de qué le acusa la APM, pero ya ha dado muestras de entender muy mal la crítica periodística.
Salvo algunas excepciones, o los medios son digitales o simplemente dejarán de serlos.